Pequeños detalles hacen la diferencia: el «salto» de la reina Isabel en paracaídas me pareció una sorpresa supremamente graciosa, la aparición de tantos personajes que el Reino Unido ha dado al mundo como el Agente 007, Mary Poppins, J. K. Rowling, Mike Oldfield, Paul McCartney, David Beckham, Danny Boyle (director del show y de películas como Slumdog millionaire y Trainspotting), muchos músicos e incluso Mr. Bean (aunque a muchos y muchas no les guste); la completa transformación en vivo del estadio en una visión de la historia de este país, que ha influido como pocos (sin juzgar si bien o mal) a todo el mundo moderno. Un detalle de particular importancia (especialmente para nosotros los informáticos), y para todo el mundo, envuelto en una tecnología que nos ha cambiado la existencia: el saludo de Tim Berners-lee en el centro del hogar diciendo que la Internet es para todo el mundo. Hay que recordar el escenario: dos jóvenes festejan con música que recorre las últimas cuatro décadas y se encuentran mediante mensajes de texto en una red social, de alguna manera es una evocación del cambio que significó la web en la vida de todo el mundo, esa escena termina con Tim Berners-lee en medio de la casa en la que están los dos jóvenes recién enamorados. Detalles hermosos: la literatura y los niños; la diversidad: muchas mujeres y hombres en igualdad, gordos y flacos, gente en silla de ruedas, niños sordos que cantan himnos, negros y blancos, la primera vez en la historia en que todas las delegaciones tienen representación de por lo menos una mujer; la forja gigantesca de los anillos olímpicos en la era industrial que se elevan y terminan en el espacio (la imagen de los anillos desde la estación espacial internacional al final lo reflejan), los pétalos dorados que llevaba cada delegación que al final se combinaron para componer la caldera olímpica.]]>