¿Qué esperar de un estudiante Universitario?

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Contexto
Antes de comenzar, es preciso que se tenga en cuenta que éste escrito constituye una opinión personal y no un ensayo formal u oficial sobre expectativas del comportamiento de los estudiantes. Otra aclaración es que tengo estudiantes de ingeniería en últimos semestres y de una licenciatura en primeros semestres, por lo tanto lo que escribo lo hago con estos «ejemplares» en mente. Para poder comprender claramente lo que voy a describir, hay que partir del contexto muy particular en el que se desenvuelve la vida de un estudiante universitario, especialmente en Colombia. Las personas que cursan un pregrado usualmente son adultos y así no lo sean deben comportarse como tales, por lo menos en lo que a la Universidad se refiere. La madurez (o comportarse como adulto) se puede definir principalmente por la responsabilidad y seriedad en lo que se hace, sobre todo, por asumir las consecuencias de hacer (o no) alguna cosa. En éste sentido, no me refiero a ser responsable únicamente por las cosas negativas, como sería cometer una infracción y recibir el castigo correspondiente, sino también lo positivo, como aceptar los halagos o premios cuando se ejecuta una tarea excelentemente. Lo que sí es claro es que la madurez se puede definir por asumir las consecuencias de lo que se hace, buenas o malas. Éste «adulto», que estudia en una universidad, tiene la única obligación directa de estudiar, de hecho, los programas académicos están diseñados de tal manera que una persona que cursa un semestre debe dedicar aproximadamente 48 horas semanales (créditos académicos) a esta «labor» y no es coincidencia que sea la misma cantidad de horas que define la semana laboral ordinaria en la mayoría de los países. En otras palabras, un universitario en vez de trabajar 48 horas, estudia esta misma cantidad de tiempo. Para decirlo más claramente: si un estudiante no estudia las 48 horas debe trabajar en esa misma proporción, reemplaza su jornada laboral de tiempo completo (todo adulto debe hacerlo) por una jornada académica con la misma intensidad pero subsidiada por el Estado y por sus padres. De lo anterior se deduce algo muy importante: existe una responsabilidad antes padres, Estado y sociedad por el aprovechamiento de esa formación que se está recibiendo, no es gratis. Ésto tampoco es casual, de hecho dada la importancia que reviste para cualquier sociedad el desarrollo técnico, tecnológico y científico de los individuos, la mayoría de Estados no sólo subsidian la educación sino que ayudan a que el modo de vida de un estudiante sea más fácil que para quien no estudia, por ejemplo, los descuentos por ser estudiantes en cines, tiendas, transportes y alimentos, muchos de ellos también subsidiados por el Estado (evidentemente por los padres también en la mayoría de los casos), incluso subsidiados por particulares que reconocen la importancia de la formación profesional. Hay que estar a la altura. Lúdica y diversión en la Universidad Otra concesión es la que implica la lúdica en el aprendizaje: parte del tiempo se debe dedicar a la interacción social y a la diversión, tal beneficio no se tiene en una jornada laboral, donde los espacios de lúdica usualmente no existen como parte integral, sino incidentalmente en las relaciones que uno establezca con los compañero(a)s. Lo que a veces no parece claro para los estudiantes es que no dimensionan correctamente éstas partes del quehacer académico, parece que están dedicados a la diversión y la interacción social pero no al estudio. Ya quedó claro que un estudiante debe dedicar el grueso de su tiempo en actividades puramente académicas, por lo tanto cuando no se está en clase se debe estar repasando, haciendo ejercicios o tareas de las diferentes clases, discutiendo con otros sobre los temas de estudio o incluso podríamos decir que un estudiante universitario que no está en clase debería estar haciendo experimentos con las cosas que ha visto en clase. En vista de que un buen aprendizaje requiere esparcimiento, la universidad y los docentes lo tenemos muy claro, ésta diseña actividades constructivas que permiten desarrollar integralmente a una persona, por ejemplo, cursos de extensión en temas no disciplinares (aquellos de los que no trata su programa académico), actividades lúdicas como música, teatro, cuentería, etc, todas ellas bien pensadas para tener efectos directos positivos y que sirven para complementar la actividad académica con la diversión e interacción social mencionada. Alguien muy suspicaz diría que es responsabilidad del docente poner suficiente trabajo a los estudiantes para que éstos estén ocupados el tiempo necesario para una buena formación y estará parcialmente en lo cierto, pero eso no limita la responsabilidad de aquellos por buscar el conocimiento que comenzó en una clase en la cual se dieron pautas suficientes para investigar más a fondo. Recuerde: la única obligación del estudiante es aprender (mediante el estudio). Alguien, incluso más suspicaz, preguntaría cuánto tiempo se dedica al estudio y cuánto a la lúdica, sin embargo, recordando el contexto descrito anteriormente: si se deben dedicar por lo menos 48 horas semanales al estudio, ¿cuánto tiempo debería quedar para la lúdica?, ciertamente poco. Por otro lado, comparando con una persona que trabaja, ellos generalmente ocupan las noches o fines de semana en la diversión, no el día y no todas las noches o todos los fines de semana. Calidad, evaluación y calificación La universidad pública colombiana es de muy buena calidad, y en especial la UTP, está certificada como de alta calidad, por lo tanto no basta con asistir a clases o hacer los trabajos, hay que hacerlo bien. Por ejemplo, quien juiciosamente asiste y hace los trabajos merecería una nota de 2.5 en una escala de 0.0 a 5.0, siempre y cuando éstos cumplan los objetivos (digamos que la otra mitad de la nota proviene de la calidad con la cual se haga). Por ejemplo, si se pone un trabajo de hacer un ensayo sobre el impacto de las nuevas tecnologías de las comunicaciones en la educación, que tenga por lo menos 1000 palabras, quien simplemente lo haga y lo haga sin errores notables de ortografía, ni gramaticales (formación básica) debe recibir un 2.5 de 0 a 5, ya que los requisitos  no hablan de nivel de calidad, sólo cumplirlos no garantiza ni calidad, ni un aporte significativo al tema. Quien lo haga definiendo comprensiblemente bien los términos del discurso, articulando las ideas coherentemente, citando fuentes de información confiables y lo escriba siguiendo un formato oficial perfectamente, debe recibir un 4.0 y quien haga ésto mismo de forma novedosa y creativa debe recibir un 5.0. Obviamente hablo de situaciones ideales y, aunque en mis clases no califico de esa manera, sí tengo en cuenta todos estos aspectos y ello se refleja en las notas. Antes de continuar, es importante recalcar que quien impone esos criterios es el docente, quien en un salón de clases es quien mejor formación y experiencia tiene, eso sí, con la responsabilidad imperativa de dejar en claro por qué y cómo lo hace. Lo otro es que en la evaluación se ha satanizado el aprendizaje de memoria, yo personalmente creo que el conocimiento requiere de datos ancla indispensables, que aunque no son el fin principal de la evaluación pero sí hacen parte importante de la demostración de conocimiento. Esta discusión siempre la he tenido con mis estudiantes, porque creen que lo que yo pido es que se aprendan de memoria algo, pero en realidad mi énfasis es que manejen el mismo lenguaje y sus conceptos sean coherentes con el material de lectura, en éste caso es indispensable dominar de memoria los términos exactos, e incluso recordar ciertos referentes de memoria. Final del semestre Al final del semestre pasan cosas muy tristes, por ejemplo, un estudiante decide que la primera nota parcial está muy bajita y que fue injusto. Otra cosa que suele pasar es que digan que si la nota definitiva no queda por encima de cierto valor entonces pierden la beca, los echan de la universidad, pierden su monitoría social o cualquier otra cosa terrible para sus vidas. Los reclamos no se dejan esperar a pesar de que yo soy muy estricto con todos mis estudiantes, aún así me visitan y persiguen en la última semana de clases o me envían airados correos de reclamo como si el mérito académico dependiera de la insistencia o de la vehemencia del reclamo y no de la responsabilidad conque se actúe durante el periodo académico. Todas éstas actitudes son inaceptables e irritantes para cualquier docente, pero en especial para mí, que durante todo el semestre fui estricto en la forma de calificar y en las justificaciones que doy a las mismas. Más aún, muchos de éstos reclamos se hacen mediante correos con mala ortografía, mala articulación de ideas, formalmente incomprensibles, reiterando las falencias que acusan no tener. Existen muchas razones por las cuales no se justifican éstas actitudes y por las cuales yo no modifico las notas definitivas así el estudiante pierda la materia o el semestre por cualquier cantidad, así sea una décima, el semestre se gana día a día, no en la última semana.
Formación básica
Ésta consiste en lo que ya se ha visto y es prerrequisito para aprovechar el pregrado. Para cualquier docente resulta muy incómodo y prácticamente imposible lograr los objetivos de la asignatura si los estudiantes no dominan las cosas más básicas de su formación anterior, sin embargo, actualmente parece que el paradigma es que si éstos son juiciosos en las clases o hacen todos los trabajos deberían aprobar el curso (recordar lo de la calidad). Una de las cosas que yo considero básicas es la formación del bachillerato, de ésta se espera que un estudiante escriba medianamente bien, tilde correctamente las palabras, distinga los diferentes usos del acento, utilice los signos de puntuación y cometa mínimos errores de ortografía, cualquier desviación de éstos desempeños en cualquier semestre (incluso en el primero) es inaceptable y se debe tener en cuenta para calificar. Otra cosa muy distinta es que use bien el lenguaje y exponga bien sus ideas, esa viene a ser la parte de formación que nos corresponde a los docentes universitarios: ayudarlos a definir los conceptos en sus ideas, a compilar antecedentes para sus argumentos, encadenar argumentos coherentemente o definir ideas que demuestren o expongan una conclusión. Todo lo anterior muy por encima de dónde se pone la tilde, cómo escribir una palabra o escribir comprensiblemente, si éstas últimas habilidades no se dominan, simplemente no se puede hablar de construcción de conocimiento, ideas, argumentación. Otra parte fundamental de la formación del bachillerato es la matemática (aritmética y álgebra). Sin importar la carrera que se esté estudiando, personalmente encuentro desastroso que los estudiantes no comprendan por ejemplo el teorema de Pitágoras, el concepto de función, de dónde salen las funciones trigonométricas o qué es el cálculo. Éstos conceptos son vistos en el bachillerato en cualquier institución y no sólo sirven a las las ingenierías, de hecho, nosotros practicamos álgebra todo el tiempo cuando hacemos cálculos mentales simples. Un ejemplo típico que cualquier estudiante debe comprender es el promedio ponderado, por medio del cual se calculan sus notas cada semestre. Antes de continuar, debo aclarar que no estoy diciendo que un estudiante de cualquier programa académico debe hacer cálculos de complejidad fluidamente, sino cálculos simples con base en combinaciones de suma, multiplicación (resta, división), comprender los conceptos y lenguaje. Por ejemplo, del teorema de Pitágoras se debe saber sin duda qué es un cateto, qué es la hipotenusa y que sólo aplica para triángulos rectángulos. Del concepto de función que es una abstracción que permite modelar numéricamente el comportamiento de un fenómeno, de las funciones trigonométricas se debe saber que salen del análisis de las distancias y los arcos en un círculo de radio 1 y del cálculo que se basa en las operaciones complementarias de integración y diferenciación. Por supuesto, lo último que hace parte de la formación básica es el tema de materias anteriores. Todo plan de estudios tiene una secuencia y el objetivo de éste no es alargar el camino hacia el grado, sino ofrecer un conocimiento sobre el cual unas materias pueden construír ideas complejas a partir de unas más simples previamente conocidas. De lo anterior se deduce que no es aceptable que si la materia se vió hace mucho tiempo no se pueda usar en la materia actual, de hecho una de las cosas más importantes que se aprenden en la Universidad es a usar fuentes de información confiables, por lo tanto si la materia se vió hace mucho tiempo: hay que buscar información en las fuentes que se conocieron cuando se vió el tema por primera vez. Ésta lección es tal vez más importante que dominar los ejercicios de un curso particular, ni los profesores, ni los estudiantes están en capacidad de dominar todo lo que se necesita para desempeñarse en la vida productiva, pero sí pueden adquirir destrezas para obtener conocimientos y tener las bases para comprender cosas más complejas que las que ya saben. Ésto también es formación básica y usualmente comprende los primeros cursos de la universidad. Ésta es una queja ordinaria de cualquier docente universitario, todos decimos lo mismo: los estudiantes vienen muy mal formados. Sin embargo, volviendo al principio, cuando termina el semestre es cuando expresiones de ignorancia y desvergüenza saltan a la vista. Es perfectamente normal que un estudiante le vaya mal en algunos exámenes o hasta en todos, lo cual indica que tiene que repetir la materia para mejorar su comprensión y desempeño en lo que versa el curso, sin embargo, no es ni normal ni aceptable que alguien que durante poco más de 4 meses calendario mostró despreocupación por el tema y un regular o mal desempeño crea que no puede perder la materia con justificaciones como «yo hice todos los trabajos» o «yo asistí a todas las clases». En ésta última fase del período, muchos  estudiantes por primera vez evalúan el registro de su desempeño (las calificaciones) y algunos se dan cuenta de que las notas no alcanzan para ganar la materia. Peor aún, cuando éstos reclamos los hacen con mala ortografía (mi insistencia permanente en cualquier curso), haciendo malas sumas o calculando mal un promedio ponderado (otra vez, formación básica). Composición de textos, ortografía y gramática. Comunicación y comprensión de indicaciones. Formalismo. Aparte de saber ortografía y gramática básica, éstas solas no sirven para nada, es indispensable expresarse coherentemente. La buena expresión oral y escrita es algo que se puede mejorar en la universidad, pero no se puede enseñar desde cero. En este sentido, las nuevas tecnologías no ayudan y las tendencias pseudocreativas, en las que las personas creen que inventar palabras es ser creativos: un diccionario ordinario de español tiene alrededor de 100.000 palabras, ¿será que no hay una palabra que signifique lo que queremos comunicar?. Inventarse una nueva palabra que no se vincula con sus raíces idiomáticas, sin conocer las alternativas que el lenguaje ya tiene es un acto de crasa ignorancia, a menos que se esté descubriendo y nombrando algo que realmente no existe en el idioma, pero insisto ¿será que no existe?, ¿cómo saberlo si no se conoce el idioma?. Otra cosa es que en la medida en que usamos los medios ultrarrápidos (chat, twitter, facebook, etc.) nos vamos acostumbrando a la imprecisión, lo cual es tal vez aceptable en esos medios, ¡pero no en la academia!. Cada vez que un estudiante me escribe sin tildes, con abreviaciones no formales, en un lenguaje incomprensible o incluso con transliteraciones o errores de «digitación», disminuye significativamente las probabilidades de lograr lo que quiere, no sólo porque no entiendo sino porque me disgusta, de hecho dudo que sepa lo que quiere si se expresa tan descuidadamente (está dirigiendose a un profesor). El fin de la comunicación es intercambiar o transmitir ideas y para eso existe una base gramatical que nos une, con ella podemos deducir el significado de palabras nuevas y contextos desconocidos, si nos inventamos palabras con base en otros idiomas o sin relación con el nuestro, vamos en contra del fin fundamental, estamos rompiendo la comunicación. Existen reglas y raíces que nos unen a todos los hispanoparlantes del mundo mediante la comunicación, pero la moda invita a inventarse cosas sin ningún sentido y darles alguno, pero la verdadera creatividad debe ser constructiva, partir de lo que ya nos une entre nosotros y con medio mundo, no sólo con el amigo(a) o con un pequeño círculo. Dentro de las cosas que me suceden con frecuencia, que no sé exactamente si es una ventaja o un problema, es que mis estudiantes después de algunas semanas me toman mucha confianza, lo cual a veces lleva a que se sobrepasen y empiecen a confundir la confianza con el irrespeto. Dos cosas no se pueden hacer cuando se tiene confianza: tratar al profesor con términos despectivos (parce, chino, hermano, viejo, etc) ni contrariar decisiones ya tomadas, ambas son muestras de irrespeto. El docente, a pesar de estar en la obligación de justificar sus decisiones, no tiene por qué pedir permiso a los estudiantes para aplicar sus criterios en la forma en que se desarrolla el curso, de hecho, la Universidad misma reconoce la autonomía de éste en su trabajo. No desconozco las situaciones injustas en las que el docente abusa de su autoridad y perjudica directamente a los estudiantes con arbitrariedades, pero para eso existen procedimientos en el reglamento e instancias de consulta en varios niveles. Yo personalmente creo que estas situaciones son la excepción y no la regla, en caso de presentarse esos problemas, se debe dar la discusión abiertamente con el docente y acudir a una segunda instancia en caso de estar seguros de la injusticia (habiendo consultado previamente el reglamento estudiantil y a otros docentes). Hay que tener en cuenta también, que, generalmente, el rasero de los estudiantes es muy bajo y las injusticias para ellos son las que ya mencioné: «hice todos los trabajos y perdí la materia», «asistí a todas las clases y perdí la materia», «respondí la pregunta y la perdí», recuerden el primer argumento que les dí en la parte del contexto: cumplir es apenas el 50% de una nota, hacerlo con calidad es el resto.
Rigor y síntesis
En la universidad se debe exigir que las afirmaciones que se hagan tengan un sustento lógico y sean rastreables en material de confianza como los libros de texto, autoridades oficiales nacionales o internacionales. Si las personas salen de la universidad, creyendo que su título les confiere la autoridad de decir lo que se les antoje en su área de conocimiento sin necesidad de sustentarlo, perdieron su tiempo y dinero. Para un profesional, la necesidad más importante es justificar sus decisiones y exponerlas claramamente, casi podríamos decir que esa es la finalidad última de un ciclo de formación profesional (aparte de las habilidades propias de la disciplina). La síntesis juega un papel importantísimo en la forma de exponer, consiste en definir cuáles son los aspectos principales de una idea compleja y relacionarlos de tal manera que con sólo mencionar algunos se comprenda la idea completa o se puedan deducir fácilmente las cosas que no son evidentes en la exposición. La capacidad de síntesis de un profesional es una de las habilidades más útiles, ya que lo va a llevar a posiciones o cargos de alto nivel. Saber que el conocimiento se compone de ideas en términos exactos, relaciones claras entre ellos y capacidad de hacer. Continuando con la síntesis, ésta consiste en la simplificación de un tema o idea, por ejemplo subdividiéndolo en ideas más simples. El proceso de síntesis se puede aplicar a cada parte de la idea. El conocimiento se puede representar en conceptos claramente definidos y relaciones entre sí, este proceso consiste en definir qué es más importante (las ideas que más conceptos específicos abarcan) y cómo se relacionan unas ideas con otras, sin embargo dentro de cada una se definen otras más específicas con sus respectivas relaciones, generando así una especie de árbol de relaciones por niveles de complejidad mayor en la medida en que somos más específicos. En el ámbito técnico, éste proceso es más delicado: el conocimiento consiste en conceptos claramente definidos, usualmente vinculados con términos exactos. En otras palabras, los términos que se usan en clase son generalmente técnicos y no se pueden confundir con términos ordinarios, reemplazables con sinónimos. Existe la clásica crítica, de que lo que se explica en una clase no se debe aprender de memoria, pero eso es una simplificación extrema del argumento. Si en una clase se habla de un término técnico, por ejemplo, en una clase de programación se habla de una función, no se puede reemplazar la palabra por otra, puesto que ésta encierra un significado exacto, no se trata del concepto de función general del idioma sino de un artilugio de la computación. ¿Entonces cómo se aprenden esos términos?: de memoria. No es lo único susceptible de aprender de memoria: indicadores, números especiales, comparaciones, etc., no son reemplazables, muchos fenómenos naturales se definen por números notables cuyo desconocimiento simplemente impide el buen desempeño en el área particular. La memorización de información exacta es indispensable en un aprendizaje completo, no es el centro, no es lo más importante, pero es indispensable. Para mejorar la situación, les puedo decir que la mayoría de los términos técnicos se describen con palabras que evocan su significado, es decir, palabras en las que aplican las reglas idiomáticas que mencioné anteriormente que permiten a un hispanohablante deducir significados de cosas que desconoce sólo por lo que sabe de su propio idioma. Ésto no pasa cuando el «genio» decide hablarla sólo en un idioma extranjero, por ejemplo, la palabra broadcast (cuyo concepto en telecomunicaciones es muy importante y cotidiano) es un verdadero problema para mis estudiantes, la traducción correcta es difusión, pero el término inglés es tan común que no se puede simplemente reemplazar porque el área ya comprende broadcast como un concepto claramente definido con significado propio. Con mucha frecuencia, mis estudiantes dicen brodcas, brocas o brotcat y cosas similares que no guardan ninguna relación con el término original. Ese es un claro ejemplo de cómo la inclusión de un término de otro idioma sin siquiera buscar una traducción que nos permita memorizar más fácilmente el significado técnico, genera muchos problemas, comprender y pronunciar sería más fácil si dijeramos difusión en vez de broadcast (que se pronuncia brodcast). No seamos tan inocentes, no sólo hablamos mal español sino que queremos hablar mal también otro idioma. Cumplimiento Establecer metas, evaluaciones y fechas anticipadamente es un aspecto importantísimo de la educación formal. Yo para ésto pongo siempre el mismo ejemplo: Google. Nadie puede discutir que los resultados de google, en todos los sentidos, son excelentes. Sin embargo, los trabajadores de esta empresa tienen una forma muy particular de hacer las cosas: «casi» como les da la gana. El casi proviene de que existen unas reglas claras: a pesar de no tener horarios ni prejuicios en el ambiente laboral, no se corren plazos y se deben cumplir los objetivos. Ésto también me trae a colación un tema muy importante: las excusas. Cuando un estudiante no entrega el trabajo a tiempo, usualmente tiene una buena excusa, pero ¿cómo verifico yo que la excusa es cierta? o mejor aún ¿de quién es la responsabilidad de verificarla?. Éste es un asunto muy controversial, dado que en la vida laboral no existen las excusas. Imagínense este escenario: alguien contrata una obra para llevarse a cabo en un plazo determinado, la obra se retrasa porque hubo un accidente, algo inesperado que nadie controla, el  contratante ejecuta una póliza de cumplimiento y el contratista pierde dinero. ¿Es culpa del contratista que le haya ocurrido el accidente?, ¿entonces es culpa del contratante?, ¿quién debe pagar por el accidente?. Los argumentos son como dije, muy discutibles, pero hay algo que no lo es: quien fue contratado debió prever la situación y tener caminos alternativos para no fallar o disminuir el impacto de que los riesgos se materialicen (p. ej.: un seguro). Obviamante hay cosas que no se pueden prever, pero si volvemos a los estudiantes, que se pierda el CD, que se vaya la energía y no haya guardado, que se retrase el bus, etc., usualmente son cosas previsibles y el docente no tiene ni los medios ni la responsabilidad de verificar que la excusa es cierta o no. Cuando se acepta una excusa, se aceptan todas de ahí en adelante, en otras palabras, cuando se incumple se pierde sin importar la excusa. Muchas veces, el supuesto accidente o la materialización del riesgo se debe a que en algún momento se pospuso la finalización del trabajo, se dedicó tiempo a algo diferente al trabajo académico o se decidió que otra actividad era más importante, cualquiera sea el caso, la responsabilidad es del estudiante: generalmente los plazos se conocen con suficiente antelación. Otra vez: responsabilidad De lo anterior se deduce algo: asumir lo que le toca y reconocer la autoridad tanto burocrática como simbólica. Volvemos al argumento con el que comenzamos, la madurez consiste en asumir las consecuencias de lo que se hace, sea muy bueno o muy malo. Una lección que debe adquirir cualquier persona es la de reconocer sus errores, saber qué debe reforzar en su propia formación. Otra cosa importante es que la sociedad funciona con base en unos formalismos (intencionalmente) difíciles de cambiar, por lo tanto, cuando no se está de acuerdo con la forma en que se hacen las cosas, es indispensable establecer estrategias de cambio que se ajusten al marco legal en el que se está inscrito, pero de ninguna manera simplemente obviarlos. La autoridad de un docente proviene fundamentalmente de tres fuentes: el cargo, su titulación y su capacidad de justificar sus decisiones. También se podría decir que, estrictamente hablando, sólo proviene de la última fuente, pero no se puede obviar que en un marco formal los dos primeros aspectos también hacen parte de la autoridad del docente e intentan mantener cierto grado de estabilidad social, cierta confiabilidad en el sistema. Finalmente, cualquier persona pierde autoridad cuando existe un conflicto de intereses. Por ejemplo, si un estudiante reclama su nota en el momento de recibir el examen o en las horas siguientes, es perfectamente razonable y una obligación del docente que se tome el tiempo de oír el reclamo y reconsiderar la nota si el estudiante tiene la razón, pero si un estudiante hace un reclamo semanas después de haber recibido el examen (por ejemplo al final del semestre) no sólo no es razonable oír el reclamo sino que es ofensivo recibirlo: ¿el reclamo tiene origen en una equivocación del docente o en la necesidad de nota del estudiante?, ¿cómo se da cuenta de una equivocación del docente semanas después de haber visto el tema?. En otras palabras, al final del semestre se actúa por instinto no por razón, no es su preocupación por demostrar que sí sabía, sino el temor de perder la materia, lo último no es el objetivo de cursarla. Si un estudiante reclama al final del semestre es porque durante todo el tiempo no hizo lo suficiente para ganar la materia y por lo tanto no tiene derecho a reclamar, lo que obtuvo es la nota justa y merecida (incluso si el docente se equivocó). Por la misma razón no es posible presentar más trabajos al final del semestre: lo que se hizo durante todo el semestre no se puede reemplazar por una adición de última hora, no programada y sólo para algunos. En éste sentido, el reglamento estudiantil es muy claro: tienen 5 días para recibir y reclamar por una nota.
Conclusiones
Infortunadamente, los niños y los jóvenes reflejan las actitudes de los adultos, por lo tanto, lo que se ve en una universidad pública es una muestra de lo que se ve en la sociedad: gente irresponsable y juiciosa, radicales y fundamentalistas, conservadores y liberales, y todas las dimensiones posibles en la sociedad, sin embargo, es la labor de los docentes ofrecer a éstas personas una visión diversa del mundo, constructiva, adaptarlos a una vida llena de formalismos y mostrar los mecanismos complejos que tiene la sociedad para modificarse a sí misma. La visión de la que yo parto, es que la sociedad sí se puede ajustar, pero lo primero es que el individuo comprenda su papel en ella, luego que comprenda los mecanismos con los que ésta obliga los cambios graduales, no repentinos y finalmente a que se aventure a hacerlo en un marco que no lo convierta en mártir o que si eso sucede, se sepa desde un principio. Como muchas cosas en la vida, éstas se construyen con muchos pequeños aportes, con base en este supuesto, la educación universitaria es eso precisamente: una suma de muchos pequeños aportes, pero cada uno importa. A cada actitud y acción que se toma en la vida hay que ponerle algún criterio de construcción o de beneficio social, no sólo personal.]]>

13 comentarios en “¿Qué esperar de un estudiante Universitario?”

    1. hola te escribo desde Perú pude leer lo que publico es muy agradable leer argumentos muy importantes que nos sirve para todos los universitarios de la actualidad , sabemos que los universitarios llegan con un solo propósito a la universidad de adquirir y proporcionar conocimientos y sobretodo ser grandes lideres en este mundo tan competitivos , aprovechemos el tiempo bueno me despido un beso

    2. hola te escribo desde Perú pude leer lo que publico es muy agradable leer argumentos muy importantes que nos sirve para todos los universitarios de la actualidad , sabemos que los universitarios llegan con un solo propósito a la universidad de adquirir y proporcionar conocimientos y sobretodo ser grandes lideres en este mundo tan competitivos , aprovechemos el tiempo bueno me despido un beso.

  1. Julián Alexander Urán

    Ingeniero, ¿ha pensado Usted en darle a los estudiantes de primer semestre un discurso de bienvenida explicando las cosas que se esperan de ellos durante la carrera y luego durante la vida profesional?. Creo que, definirles amable y firmemente las reglas de juego de la academia y de la sociedad desde el inicio, puede cambiar notablemente la forma en que se van a desempeñar en un futuro.

  2. Hola Julián,

    gracias por el comentario.

    Sí, esa es una muy buena costumbre: declarar las reglas del juego antes de comenzar. No es mala idea pero esa propuesta debe salir directamente del programa y yo probablemente no sea (considerado) el mejor candidato para hacerlo. Pero gracias por la confianza 🙂

    Hasta pronto.

  3. Profesor:

    Antes que nada, lo felicito por tan buenos argumentos y puntos de vista que dio, de los cuales yo no hubiera notado en ciertas circunstancias que suceden en el pregrado. Me intereso mucho su articulo y concuerdo con el comentario anterior, deberia dar una platica de bienvenida a alumnos de nuevo ingreso, y una con el proposito de mejorar la calidad academica de los estudiantes de semestres mas arriba. Estoy muy convencida de que lo que describio en este blog, es totalmente cierto! Y me sirvio mucho para saber y preever muchas cosas en mi vida, no solo academica y profesional, si no tambien diaria. Un saludo!

  4. si un estudiante universitario termino sus materias pero le faltan dos examenes de ingles para que le den el titulo, se puede decir que ya es Publicista?

    POR FAVOR HAGAME LLEGAR LA RESPUESTA A MI CORREO ME URGE

    1. Hola Ana,

      antes de darte una respuesta debo decirte que yo no soy la autoridad que te debe dar esa respuesta y mi respuesta no es de ningún modo concepto legal. En Colombia, para que te puedas declarar profesional en algo debes tener un título profesional aprobado por una Universidad o Institución universitaria, así que si no te has graduado no te puedes llamar Publicista, por lo menos legalmente.

      Gracias y hasta pronto.

  5. Valoro el esfuerzo que se ha tomado lo que muchos aluden en hacer. Soy docente de la UPTC y esto constituye a grandes rasgos una dinámica que se perpetua semestre a semestre. Usted ha realizado una gran argumentación, y me siento identificado con ella. Precisamente busque este tema porque quisiera que pudiera existir una solución a esta problemática. Es lamentable la actitud de muchos de los alumnos universitarios en el país, pero también hay que aclarar que no se trata de todos. Verdaderamente me he puesto en la tare de tiempo acá en motivar a aquel grupo de personas que «No se toman en serio el proceso educativo» Me surge una pregunta, ¿será necesario gastar esfuerzos o lo mejor es avanzar en el proceso con las personas comprometidas?, ¿será que tal vez así los demás se lo tomarían en serio? Bueno son preguntas personales que surgen de grandes desilusiones. De nuevo recalco la calidad en los contenidos de su artículo.

    1. Hola Juan Carlos,

      muchas gracias por los halagos. Infortunadamente no escribo frecuentemente sobre éstos temas.

      Sobre las preguntas que planteas, es indispensable no caer en la desesperanza, esa es tal vez la única actitud a la cual los maestros no podemos ceder. Las dificultades que tenemos en las clases tienen mucho que ver con nuestras diferencias generacionales, ya que los profesores tenemos un arraigo muy concreto y el mundo de los estudiantes es muy distinto. Hay que reflexionar sobre qué es correcto en lo que hacen los jóvenes de hoy respecto a lo que nosotros consideramos «correcto», dado que mucho de eso también son prejuicios o simples costumbres. Hay que verificar si los efectos que creemos que tienen sí son reales o lo son en ciertos casos que no son la regla o simplemente no lo son.

      Por último, yo creo que hay que buscar lo que el marco de enseñanza para la comprensión llama «tópicos generativos», los cuales son temas transversales que apasionan al «individuo» que ejecuta la labor docente. De ellos se espera que tal pasión se vea reflejada en las actividades de clase e inspire el interés de los estudiantes que no participan activamente. En otras palabras, hay que buscar métodos más creativos que generen interés en los desinteresados y que la aplicabilidad sea más evidente.

      De nuevo gracias y hasta pronto.

  6. Buen día Ingeniero, soy estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones de Lima-Perú.
    Me emocione al leer su articulo, puntos de vista de los cuales nunca me había puesto a pensar ,tendré desde ahora un poco mas de cuidado con la ortografía(descuidado por el uso del chat),respetar a los profesores sin llegar a tutear al profesor,ser cuidadoso con todas las materias y no usar el clásico «amanecida la hago» (el cual no entiendo como le funcionan algunos de mis compañeros).
    Quisiera ademas preguntarle si es factible estudiar un CCNA con pocos conocimientos de ingles(básico).
    Agradezco anticipado su respuesta y valoro su blog .

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