¿Software libre?, ¿cuándo estuvo preso?

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Primero definamos Software Libre, el SL es una forma de programar en la que se hace énfasis en la posibilidad de desarrollo comunitario de Software, es decir, que se basa en grupos de usuarios que van desarrollando el programa, aportando cada uno una pequeña parte. No parece gran cosa, pero esta (nueva) forma de programar ha resultado revolucionaria, ha roto paradigmas y ha producido software de gran calidad técnica e, infortunadamente lo que más ha llamado más la atención, es muy económico comparado con las alternativas comerciales. El más célebre resultado del SL se llama Linux o más acertadamente GNU/Linux para enfatizar que lo que vinculamos al primer nombre es el resultado de dos proyectos de SL separados (utilidades:GNU + núcleo:Linux, respectivamente) que se unieron en una relación simbiótica ( dos organismos que se benefician de vivir juntos ). Muchos grandes servidores de internet y pequeños servidores en muchas empresas usan este software como base de sus servicios con la ventaja de tener mucha estabilidad y, generalmente, un costo muy reducido tanto de mantenimiento como de operación. Otra celebridad en este submundo, es Apache, el servidor web más usado del mundo, es decir, que la mayorí­a de las páginas web que usted ve a diario las ha enviado este programita que por un legendario y heróico acto de rendimiento y estabilidad se apoderó de Internet. Y así­ es como existen muchos programas Libres en el mundo que nos aportan mucha calidad, economí­a y participación, como el navegador Mozilla Firefox, la suite de oficina Open Office y muchí­simas de las aplicaciones web más reconocidas: Google, Blogspot, Wikipedia , y un gran etcétera. A continuación una breve descripción sobre el SL. Disfrútenlo.
  • ¿Qué no es SL?
Bueno, si algo es SL ¿qué no lo es?. Pues, dado que éste también es software licenciado hay que aclarar que bajo una modalidad en la cual se otorgan una serie de derechos que no otorgan las aplicaciones convencionales. Richard Stallman, creador de la licencia publica general o GPL por sus siglas en inglés y creador también del movimiento GNU que se relaciona directamente con el término SL, denomina a las aplicaciones tradicionales Software Privativo, dado que priva al usuario de ciertos derechos que todos los productos tradicionales (comerciales), excepto el software privativo, sí­ tienen. A veces se denomina el Software Privativo como Software Licenciado, pero esto es una equivocación, dado que el SL también tiene una licencia formal y estricta, sólo que los derechos y obligaciones, desde mi punto de vista, son más justos con los usuarios o los benefician más. Voy a describir los derechos mencionados que a su vez describen las caracterí­sticas fundamentales de los programas que reclaman ser SL.
  • Quien lo compra tiene derecho a investigar su funcionamiento al máximo nivel de detalle. En programación, eso se llama desensamblar el programa o poseer el código fuente, éstos dos medios son los que le permiten a un experto en informática conocer las entrañas de un programa y descifrar completamente la forma de trabajar del mismo. Este derecho es equivalente a poder desarmar un producto que compramos, si somos expertos aprendemos mucho sino pues … nos entretuvimos.
  • Dado que el usuario tiene derecho a conocer las entrañas del Software, pues también se le otorga el derecho a modificarlo, siempre y cuando reconozca los derechos del autor(es) original(es) eso significa que marque y divulgue claramente los cambios realizados, es decir, no sólo que reconozca los autores originales, sino que asuma la responsabilidad y mérito por los cambios hechos. Esto es equivalente a lo que muchas veces hacemos con cosas que compramos, como agregarle accesorios, quitarle cosas que no nos gustan, etc y por supuesto asumir la responsabilidad por la mejora y deterioro del bien: como cuando se le ponen cuernos a un carro, el dueño responde por el mal (o buen) gusto 🙂
  • Pues si el usuario puede modificar el programa también ¡puede redistribuí­rlo! Esta es una de las partes crí­ticas del asunto, dado que el Software no depende de insumos agotables por cada copia que se hace como sucede con la mayorí­a de otros productos que, si se reproducen, consumen una cantidad determinada de materiales. El costo de una aplicación se debe cargar una sola vez y aún así­ es rentable porque los costos de fabricación de UN solo producto se divide sobre MUCHOS compradores que no implican más »materiales». Alguien muy conocido por su capacidad de hacer negocios, se le ocurrió que esta particularidad del Software se podí­a aprovechar creando licencias de usuario, es decir, cobrar no sólo por lo que se vende, sino por cada vez que se usa y esa es la gran diferencia entre Software Libre y Software Privativo.
Como pueden ver, cuando compramos productos cualquiera, excepto software privativo, tenemos éstos mismo derechos, así­ que de una manera el SL es una forma de ofrecer aplicaciones informáticas como si fueran productos ordinarios. Algunas personas opinan que el SL trae como consecuencia que el software se considera más un servicio que un producto, pero ese tema es como para otra entrada de ésta misma extensión (o mayor).
Y si yo no soy programador, ¿de qué me sirve todo eso?
Bueno, aunque parece que el SL no le importa más que a los programadores o expertos en informática ( o principalmente ellos son los que dimensionan la revolución que ésto implica) los usuarios rasos también obtienen gruesos beneficios de ello:
  • No se pagan derechos de licenciamiento propiamente dichos, es decir, usted paga por una copia fí­sica del Software y el mantenimiento u operación del mismo (que igual va a pagar con software privativo). Una consecuencia de ésto es que la misma copia se puede usar en muchas máquinas, por lo que el costo de la aplicación no depende directamente de la cantidad de usuarios.
  • Se tiene la libertad de personalizar el software desde su propia matrí­z, es decir, que si es necesario cambiar los procedimientos por los cuales la aplicación realiza su trabajo no se está limitado a la casa de desarrollo que lo hizo ni a las limitaciones qué ésta imponga, es decir, si no hay soporte se puede crear un grupo de soporte propio o con los programadores propios se pueden implementar cambios sin miedo a demandas ni gastos onerosos o vergí¼enzas como serí­a infringir una patente o violar una licencia.
Otra importante caracterí­stica del SL, es su nivel de normalización o estandarización, se acostumbra decir que son aplicaciones abiertas, es decir, que permiten la interoperabilidad con otras aplicaciones siempre y cuando se ajusten a estándares concertados con la industria o con juntas técnicas que analizan qué es lo mejor para la industria o la tecnologí­a como los propuestos por W3C, IEEE o la IETF. La mayorí­a de las aplicaciones de SL parten de los estándares aceptados y los implementan, de tal manera que se ajustan a las mejores prácticas de la industria y son efectivamente interoperables, es decir, sí­ trabajan con otras aplicaciones con la única condición de que acojan estándares, sean éstas aplicaciones privativas o no. Por el contrario, las aplicaciones privativas más comunes, suelen desviarse un poco de cada estándar, de tal manera que algunas caracterí­sticas sólo funcionan con aplicaciones del mismo vendedor, ésto es lo que se conoce como tecnologí­as cerradas, es decir, que sólo trabajan con los criterios exclusivos del vendedor y los intereses del mismo. Yo prefiero llamarlas cerradoras, ya que cuando un programador desarrolla algo, aparte de los estándares que igual debe conocer, debe conocer los caprichos en la implementación del vendedor particular.
SL y polí­tica
A mí­ me parece que no se equivocan los que tildan al SL de comunista, aunque los abanderados del movimiento se rehúsan a admitirlo (yo creo que por el hecho de ser de Estados Unidos y que la palabra en éste paí­s es sinónimo de herejí­a). La base del SL es el desarrollo basado en comunidades de programadores y usuarios, no gira en torno al capital que produzca sino a las necesidades que la comunidad tenga y esta dimensión polí­tica del SL se ha hecho mucho más evidente en paí­ses en desarrollo, especialmente Latinoamérica, donde Brasil y Venezuela lideran en procesos basados en SL soportando iniciativas como los telecentros – cafés Internet públicos y gratuitos que usan SL- entre otros muchos proyectos con SL como polí­tica nacional. El SL aparte de tener en su objetivo las necesidades comunitarias y no el capital, implica un desarrollo de las comunidades como tales vinculado a la capacidad, conocimiento tecnológico así­ como de sus propias necesidades y el no control sobre el destino final de esas iniciativas, es decir, una comunidad entregada al SL finalmente puede promeverse a sí­ misma libremente con base en su conocimiento, sin distorsiones polí­ticas o económicas externas como el control por medio de licencias, restricciones en su uso ni en el uso de métodos de programación por medio de patentes. Desde mi punto de vista, la libertad es la base de un movimiento polí­tico y ésto es lo que otorga el SL, sólo que hablando de la bobadita del desarrollo tecnológico, nada importante ¿no?. Lo que sí­ hay que dejar en claro, es que el SL sí­ propende por el bienestar económico de los programadores y de paso como hemos demostrado de los usuarios. Aunque la visión del SL es que todos seamos programadores para poder aportar, en el SL el dinero no se lo ganan los directivos sino los programadores, es decir, se paga por el Software como un servicio en vez de como un producto y el valor del servicio depende de la sofisticación del conocimiento aplicado. En otras palabras, el negocio está en saber y garantizar un buen servicio de soporte y ajuste de las aplicaciones a las necesidades del usuario final, no en vender más licencias.
¿Y qué es lo malo entonces?
¡Nada, el SL es la panacea!. No mentira, el SL tiene serios problemas tanto en su futuro como en su presente. El SL es muy conocido entre expertos porque apenas ha podido asomarse fuera de ese ámbito y no ha podido ejercer en pleno su poder transformador debido a regular estética y pobre facilidad de uso, con (ahora) muchas excepciones.
  • Muchos programas cuya licencia es GNU/GPL -General Public License o licencia pública general- son feos o difí­ciles de manejar ¡o ambos!, eso muy a pesar de los adeptos al SL que casi veneran de tal manera esta tecnologí­a que no le ven defectos, aún cuando ellos mismos suelen ser expertos o fanáticos de la informática, hasta tal punto que cualquier falencia que tenga un programa de éstos los hacen de la manera difí­cil o lo arreglan gracias a las virtudes de la Licencia Pública y luego dicen que los usuarios se quejan más de lo que deben… pero los usuarios no tienen porqué saber tantos detalles, si los deben conocer la aplicación fracasa. Sin embargo la calidad de la experiencia con SL ha mejorado ostensiblemente, en especial en las ya mencionadas celebridades, las cuales presentan mucha facilidad de uso, una estética extraordinaria como el navegador Firefox y la suite de oficina Open Office entre muchos otros que ya logran una sensación de comodidad al usarlos que hacen prever que pronto serán muy comunes en los PCs de todo el mundo.
  • El SL exige de los usuarios lo que no exigen las aplicaciones tradicionales: conocimiento. La mayorí­a de las aplicaciones de SL reportan errores crí­pticos, ininteligibles que sorprenden o asustan a los usuarios y finalmente, pese a su buena intención de proporcionar a los desarrolladores los mejores datos sobre el problema para garantizar una rápida solución, no le aportan nada a la experiencia del usuario. La otra cosa es que el SL suele ser mucho más flexible que el S. Privativo, pero es necesario que los usuarios conozcan muy bien su aplicación para que puedan hacer uso de esta importante caracterí­stica. Las aplicaciones tradicionales estudian las costumbres de sus usuarios, sintonizan las opciones de tal manera que garanticen una experiencia acogedora, el SL casi siempre está sintonizado con las necesidades de algún programador y éste deja todo para que el usuario personalice hasta la saciedad su aplicación, pero primero tiene que conocer las innumerables opciones que ésta traiga, incluso cuando a veces se refieren a opciones puramente técnicas, como la compresión o el almacenamiento de los datos. A este respecto, existen dos soluciones: ser un mejor usuario, colaborando con el mejoramiento de la aplicación que se usa participando en foros, grupos de usuarios, etc., o usar aplicaciones con soporte pagado, como una distribución de GNU/Linux comercial tipo SuSE o Red Hat quienes ofrecen una red de soporte tan eficiente (o mucho mejor) como la de cualquier aplicación comercial.
  • Problemas serios: licenciamientos y barreras de entrada. Para liberar una aplicación como SL hay que ponerle una licencia, y la cantidad de licencias que acusan ser SL son tantas ¡que los programadores casi tienen que ser abogados para poder liberar su aplicación!. La recomendación es acogerse a la licencia GPL, pero a veces es necesario reservar algunos derechos de explotación que hacen que uno entre en un vórtice legal medio aburridor. A parte de ésto, las presiones polí­ticas sobre los gobiernos y la industria por parte de grandes empresas desarrolladoras de software vienen impulsando leyes que limitan o eliminan las posibilidades de implantación masiva de soluciones libres, como la adopción de las patentes de software en la comunidad europea que darí­a dientes a los abogados de las grandes casas de software para perseguir a quien quieran por desarrollar SL en cosas comunes en programación como el uso de cierto algoritmo de búsqueda que todo el mundo usa.
  • Finalmente, como ya señalamos el SL tiene una dimensión polí­tica que no se reconoce abiertamente, pero que es tan real que existen dos vertientes de pensamiento: la del Software Libre y la de las aplicaciones de Código Abierto -OSS, open source software. La diferencia entre las dos son semánticas, pero la forma es la misma: el SL defiende la libertad de programación y los derechos de los usuarios, por otro lado, el Código Abierto defiende la calidad que se logra en esta forma de programar. Estas dos filosofí­as, se distinguen en que una se orienta hacia las comunidades y el libre desarrollo, la otra hacia los programadores, la oportunidad de negocios y la calidad técnica del fenómeno, pero ambas defienden -con pequeñas variaciones- las mismas caracterí­sticas básicas de las licencias y los programas.
Conclusiones
El SL es una opción de crecimiento tecnológico, una oportunidad de avanzar tecnológica y socialmente, en especial en paí­ses con necesidades tan marcadas en este ámbito como los paí­ses en desarrollo, la oportunidad que nos da el SL de aprender, analizar y mejorar las intimidades de aplicaciones de gran calidad no la podemos hacer a un lado porque existan alternativas privativas más bonitas, fáciles de usar y comerciales. El SL también es una oportunidad para los empresarios de paí­ses en desarrollo para usar tecnologí­a de alta calidad y entrar en la dinámica de las tecnologí­as de la información sin incurrir en grandes gastos creciendo a su vez en el conocimiento, la capacidad de desarrollo de su propia actividad, partiendo de su propia dinámica y no de la dinámica de otros paí­ses o la que alcanzan a ver ingenieros de otros paí­ses. La industria del Software sigue madurando y existen todaví­a discusiones difí­ciles de resolver, como si los programas son productos o servicios, o hasta dónde se pueden limitar las libertades de los usuarios para garantizar derechos de los programadores/fabricantes. Muchas de estas discusiones se resuelven, infortunadamente, ah doc por costumbres de facto, donde los recursos económicos e influencias polí­ticas tienen las de ganar, pero estos fenómenos han generado también comunidades organizadas en torno a necesidades especí­ficas y poco a poco van ganando un espacio en el devenir de la tecnologí­a. Finalmente les dejo ví­nculos para fuentes directas de las que parte esta interpretación y otros ví­nculos recomendados: …. y que gracias 😉

7 comentarios en “¿Software libre?, ¿cuándo estuvo preso?”

  1. Muy buena entrada Ing. la verdad no había leido un análisis tan bueno sobre la filosofía, los pros y los contras de lo SL 😀 – Anotese un 5

  2. Gracias Alexis,

    ése parece un comentario patrocinado 😀

    Es interesante esa pregunta porque ya me la han dejado por ahí en otro comentario. Yo creo que hay que sentar posición, ¿no?.

    Otro día escribo sobre la posición personal, hay mucho que decir y me parece un poco embarazoso no ser más neutral respecto a la tecnología.

  3. Ojo:
    El concepto de «software libre» está mal usado. Es un error semántico de traducción y la gente se lía.
    Freeware -> software gratuito (sea privativo o abierto)
    Open Source Soft. -> soft. de código abierto.
    Si nos instalamos Visual Studio Express, tendremos una aplicación freeware pero privativa.
    La programación cada vez se parece más a estar en una ONG. Dedicas tu tiempo libre a servir a la comunidad… y la gente se vuelve tacaña cuando pasas con la hucha de donaciones.

    1. Hola Marco,

      eso es muy discutible, el mismo Richard Stallings prefiere el término «libre», incluso cuando habla en inglés, porque le parece que es más fiel a la semántica del concepto SL.

      Gracias por tu aporte.

  4. Lamento mucho ver, una vez más, como muchas personas no entienden las ventajas que tiene el Software Libre frente al software privativo.
    Por supuesto que es más fácil se dependiente de 4 empresas privadas que luchar cada día (seas programador o siplemente usuario) por romper esa dependencia y hacer que los esfuerzos de los programadores se optimicen al estar a disposición de todo el mundo.
    El día que dejemos de tirar nuestros presupuestos de educación (y el gasto innecesario en la administración) en programas privativos el público general tendrá mucha más información y tendencia hacia el Sofware Libre.
    Los que dicen que el Software Libre es como el comunismo lo dicen porque bajo su punto de vista hay una cosa común: no tienen ni idea de qué es Software Libre ni tampoco de qué es comunismo.
    Si en vez de repetir el mismo esfuerzo n veces en hacer la misma cosa pudiésemos apoyarnos en nuestro esfuerzo como colectivo hace tiempo que habríamos llegado mucho más lejos, y de una forma mucho más justa con el conjunto de la sociedad.
    Pero, por supuesto, gracias por permitir añadir comentarios.

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